El padecimiento renal más común en el ser humano es la insuficiencia renal, pero este no es el único mal que puede afectar a estos importantes órganos que ayudan a limpiar nuestro cuerpo. Un padecimiento común son los cálculos renales o piedras en el riñón. Se trata de partes de una piedra o materiales similares al cristal que se forman dentro de los riñones, a veces también en otras partes de las vías urinarias.
Hay distintos tipos de cálculos renales: de oxalato de calcio, de fosfato de calcio, de estruvita, ácido úrico y cálculos de cistina. Éstos se forman debido a sustancias que están presentes en la orina. Normalmente un cálculo en el riñón se elimina del cuerpo sin ayuda médica, pero algunas veces no son tan fáciles de eliminar y se requiere de algún proceso médico para hacerlo.
Existen algunas señales que nos alertan sobre la posible presencia de cálculos. Si se presenta dolor extremo y constante en la espalda o en el costado, sangre en la orina, vómito, orina turbia o con mal olor, sensación de ardor al orinar, no dudes en acudir al médico para recibir atención. El diagnóstico de este padecimiento se da a través de análisis de orina, sangre y diagnóstico por imagen.
Otro padecimiento de los riñones son los quistes, que son sacos llenos de líquido. Este padecimiento se puede ser de dos tipos: la poliquistosis renal y enfermedad renal quística adquirida. La poliquistosis renal es hereditaria y en ella los tejidos normales son desplazados por quistes que agrandan los riñones y provocan que no funcionen bien. También se pueden presentar estos quistes en otras partes del cuerpo como el hígado.
Los síntomas de la poliquistosis son: dolor de espalda y a los costados bajos de la espalda, dolor de cabeza, se presentan infecciones urinarias y sangre en la orina. El padecimiento se diagnostica con pruebas de imágenes y con historial familiar. Para tratarlo se utilizan medicamentos y en casos avanzados con insuficiencia se requiere de diálisis o trasplante de riñón.
Por su parte, la enfermedad renal quística adquirida se presenta por lo general en personas bajo tratamiento de diálisis. En este caso los riñones tienen un tamaño normal y no hay quistes en otras partes del cuerpo. En este caso los enfermos ya sufren previamente de insuficiencia renal. La enfermedad no presenta síntomas y en lo general se trata de quistes inofensivos que no requieren tratamiento.
Otro padecimiento frecuente es la infección renal, la cual es producida por diversos microorganismos asentados en estos órganos, manifestándose con dolencias en la zona baja de la espalda. Habitualmente se presenta con mayor frecuencia en las mujeres. Este tipo de infecciones pueden ser de naturaleza temporal o crónica, en algunos casos particularmente graves pueden desencadenar una insuficiencia renal aguda.
La cistitis es la inflamación de la vejiga, la cual con frecuencia puede generar una infección en los riñones causada por la bacteria Escherichia coli.
Otro padecimiento de los riñones es la nefritis intersticial aguda, que es un trastorno renal que hace que los riñones sean incapaces de filtrar de manera adecuada los materiales de desecho y los líquidos. Este padecimiento puede ser potencialmente grave y requiere de atención médica. Las causas de esta enfermedad pueden ser infecciones por Estreptococo, herpes, paperas, hepatitis C, sífilis y VIH. También puede ser causada (en 85% de los casos) por ciertos medicamentos como algunos antibióticos, medicamentos antiulcerosos, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y algunos diuréticos. Finalmente, condiciones que afectan al sistema inmunológico pueden también jugar un papel dentro del padecimiento.
El cáncer de riñón es otra enfermedad renal común, y sus principales tipos son carcinoma de células renales y el carcinoma de la pelvis renal. El primer tipo produce que el riñón no filtre correctamente la sangre y el segundo se forma en el centro del riñón donde se acumula la orina.
Para prevenir o retardar los padecimientos de riñón se recomienda mantener controlada la glucosa en la sangre, mantener la presión sanguínea baja, tener un consumo moderado de proteínas, realizarse revisiones médicas regulares, tomar agua simple en la cantidad necesaria (entre 2 y 5 litros dependiendo de diversas condiciones), llevar una alimentación equilibrada, evitar demasiada sal y demasiada azúcar, mantener un peso sano
Vía: Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, nlm.nih.gov, Healt Library