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AlzheimerAlzheimer y Demencia

¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Es la causa más común de demencia.

Los síntomas comienzan con olvidos leves y dificultades para recordar información reciente, pero con el tiempo, la enfermedad afecta el lenguaje, la orientación, el juicio y la capacidad para realizar tareas cotidianas. En etapas avanzadas, los pacientes pueden perder la capacidad de comunicarse y reconocer a sus seres queridos.

Aunque no tiene cura, algunos tratamientos pueden ayudar a retrasar su progresión y mejorar la calidad de vida del paciente.

Esta sección de Alzheimer fue elaborada gracias a la alianza Alzheimer´s Disease International con Fundación Carlos Slim

Consulta la página de la Alzheimer Disease International aquí

Factores
de riesgo

Expertos indican que hasta ahora no se ha podido determinar cuál es la causa o causas del Alzheimer, pero han logrado identificar ciertos factores de riesgo, que incluyen los siguientes:

  • Edad. La mayoría de las personas que son diagnosticadas con Alzheimer tienen 65 años o más.
  • Historial familiar. Si tienes un familiar directo que ha sido diagnosticado con Alzheimer, es más probable que la padezcas.
  • Genética. Se han descubierto ciertos genes que poseen un vínculo con la enfermedad de Alzheimer.

Cabe destacar que tener uno o más de estos factores de riesgo no significa que desarrollarás la enfermedad, simplemente aumenta tu nivel de riesgo.

Factores de Riesgo más comunes

1. Nivel Educativo

El nivel de educación se mide comúnmente por los años de escolarización y el tipo de formación recibida. La estimulación cognitiva durante la infancia y la adolescencia tiene un impacto más significativo en la prevención de la demencia.

2. Hipertensión

El control de la presión arterial (PA) es crucial para prevenir la demencia, especialmente en la edad adulta. Se enfatiza el control de la presión sistólica por encima de 140 mmHg.

3. Pérdida auditiva 

La pérdida de audición no tratada, a partir de 25 dB en la edad adulta, se ha asociado con un mayor riesgo de demencia.

4. Tabaquismo

Dejar de fumar, a cualquier edad, reduce el riesgo de desarrollar demencia.

5. Obesidad 

La obesidad en la edad adulta se ha asociado con un mayor riesgo de demencia, mientras que la pérdida de peso actúa como un factor protector en comparación con quienes mantienen la obesidad.

6. Depresión

La relación entre depresión y demencia es compleja, hasta el punto de que a veces es difícil diferenciar entre ambas. Los episodios depresivos no tratados parecen estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar demencia.

7. Inactividad física

Definir la actividad física ideal es complejo, ya que debe adaptarse a las preferencias y limitaciones de cada persona según su edad, generación, cultura.
Busca actividades adecuadas a tu tiempo, espacio y capacidad.

8. Diabetes 

Existen resultados contradictorios sobre si un mejor control glucémico o un fármaco específico reduce el riesgo de demencia. Sin embargo, está claro que la diabetes es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo.

9. Aislamiento social

Un número reducido de contactos sociales o el aislamiento (especialmente si es percibido subjetivamente) son factores de riesgo para la demencia, más allá de que puedan ser síntomas tempranos de deterioro cognitivo.

10. Consumo excesivo de alcohol

El consumo excesivo y prolongado de alcohol está relacionado no solo con demencias de inicio precoz, sino con cualquier tipo de demencia.

11. Traumatismo craneoencefálico

Medidas como el uso de cascos han demostrado ser efectivas en la prevención de secuelas a nivel individual.

12. Contaminación atmosférica

La exposición a altas concentraciones de dióxido de nitrógeno y partículas procedentes del tráfico se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia.

13. Colesterol LDL Alto

Se ha encontrado una relación entre niveles elevados de colesterol LDL («colesterol malo») y un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer. Aunque no se ha establecido una causa directa, los estudios sugieren que el colesterol LDL puede contribuir a la acumulación de placas beta-amiloides en el cerebro, una de las características principales de la enfermedad de Alzheimer.

14. Pérdida de visión

Existe una relación entre la pérdida de visión y el Alzheimer, aunque la conexión exacta aún se está investigando. La evidencia sugiere que los problemas visuales pueden ser tanto un signo temprano de la enfermedad como un factor de riesgo para su progresión.

Recomendaciones de Alzheimer´s Disease International (ADI)

En ausencia de una cura o un tratamiento que sean accesibles a nivel global, la reducción del riesgo sigue siendo la forma más viable y proactiva de combatir la demencia.

La reducción del riesgo es una labor de por vida y resulta más eficaz cuando la concienciación y los conocimientos sobre la salud cerebral comienzan a una edad temprana, creando así unos buenos hábitos.

Al igual que rara vez existe una respuesta sencilla para un problema complejo, no hay una poción mágica para la demencia. Pero sí hay medidas tangibles, grandes y pequeñas, que cada persona puede tomar para reducir el riesgo, y cualquier medida es mejor que ninguna:

  • Siga una dieta lo más sana posible, diversificando los grupos alimentarios que se consumen y evitando los alimentos ultraprocesados. Hay muchas formas de comer bien; las mejores dietas son aquellas personalizadas que incorporan alimentos de origen local, sean asequibles en el lugar de residencia y se ajusten a las necesidades individuales de cada persona.
  • Ejercicio físico, aplique la creatividad: caminar, andar en bicicleta, taichí, baile… todo cuenta.
  • Siga aprendiendo: ponga a prueba su cerebro, tanto si es aprendiendo un nuevo idioma como haciendo crucigramas, cantando…
  • Preste atención a su salud cardiovascular y a las demás enfermedades crónicas.
  • Mantenga las conexiones, los seres humanos somos animales sociales; socializar revitaliza la salud cerebral y reduce la depresión y el aislamiento.
  • Preste atención al mantenimiento de su estado físico general, cuide de su salud dental, evite lesiones en la cabeza, asegúrese de dormir lo suficiente, no fume ni consuma demasiado alcohol.
  • Una medida que ha demostrado ser revolucionaria es el uso de audífonos para la pérdida auditiva, esto no solo ha demostrado desacelerar el deterioro cognitivo, sino que también es algo económico y ampliable. ADI anima a los gobiernos y los sistemas sanitarios a mejorar el acceso a estos dispositivos, especialmente en los países de rentas medias y bajas.

Las personas con demencia pueden adoptar cambios de estilo de vida saludable dirigidos a ralentizar el avance de la enfermedad. Se necesitan más estudios y se debería hacer más para garantizar que las personas que hayan sido diagnosticadas de demencia tengan acceso a la educación y la ayuda que necesitarán para modificar sus conductas y continuar llevando una vida plena y con sentido.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Síntomas

Todos tenemos episodios de olvido de vez en cuando. Pero las personas con Alzheimer muestran ciertos comportamientos y síntomas continuos que empeoran con el tiempo.

Estos pueden incluir:

  • Pérdida de memoria que afecta las actividades diarias, como la capacidad para asistir a una cita.
  • Problemas con las tareas del hogar, como usar un microondas.
  • Dificultades para resolver situaciones cotidianas, como recordar la ruta al supermercado.
  • Inicio de problemas con el habla y la escritura.
  • Desorientarse en cuanto tiempos o lugares.
  • Menor capacidad para pensar con claridad.
  • Descuido de la higiene personal.
  • Cambios de humor y estado de ánimo.
  • Alejarse de amigos, familiares y su comunidad.

Dichos síntomas cambian según la etapa de la enfermedad.

Es fundamental reconocer los síntomas tempranos para buscar atención médica y planificar cuidados adecuados.

Estas son las diferentes etapas del Alzheimer

Etapa 1

Sin deterioro (Normal)

No hay síntomas de demencia.

La persona se desempeña con normalidad en sus actividades diarias.

No hay pérdida de memoria aparente.

Etapa 2

Deterioro muy leve (Olvidos relacionados con la edad)

Pequeños olvidos como perder objetos o dificultades para recordar nombres.

No afecta la vida diaria ni es evidente para los demás.

Puede confundirse con el envejecimiento normal.

Etapa 3

Deterioro cognitivo leve (DCL)

Olvidos más frecuentes (nombres, citas, información reciente).

Dificultades para encontrar palabras al hablar.

Menor rendimiento en tareas laborales o sociales.

Etapa 4

Deterioro cognitivo moderado (Alzheimer leve)

Problemas para realizar tareas complejas (manejar dinero, cocinar).

Dificultad para recordar eventos recientes y detalles personales.

Puede perderse en lugares conocidos.

Cambios de personalidad (irritabilidad, retraimiento).

Etapa 5

Deterioro moderadamente severo (Alzheimer moderado)

Pérdida de memoria más notoria (olvida direcciones, fechas, nombres cercanos).

No puede vestirse sin ayuda (elige ropa inadecuada).

Dificultad para recordar información básica como dirección o número telefónico.

Etapa 6

Deterioro severo (Alzheimer avanzado)

Pérdida del reconocimiento de familiares y amigos.

Problemas graves en el lenguaje (dificultad para hablar).

Incontinencia urinaria y fecal.

Cambios de personalidad y comportamiento (agitación, paranoia, agresividad).

Puede presentar alucinaciones o delirio.

Necesita asistencia total para vestirse, bañarse y alimentarse.

Etapa 7

Deterioro muy severo (Alzheimer terminal)

Pérdida total de la capacidad de hablar y responder.

Movimientos limitados, dificultad para caminar y sentarse.

Problemas graves para tragar y respirar.

Alta vulnerabilidad a infecciones, como neumonía.

Dependencia absoluta de los cuidadores.

A medida que una persona avanza por estas etapas, necesitará mayor apoyo, ya sea de un familiar o de un cuidador.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Diagnóstico

Hay diferentes maneras de detectar la demencia causada por el Alzheimer. Por lo general, un especialista en salud realiza una evaluación para identificar la enfermedad. Este profesional analiza los síntomas y, si es necesario, solicita algunas pruebas adicionales.

Es probable que comience realizando un historial médico. Puede hacerte preguntas sobre lo siguiente:

  • Síntomas
  • Historial médico familiar
  • Otras condiciones de salud actuales o pasadas
  • Medicamentos actuales o pasados
  • Dieta, consumo de alcohol u otros hábitos de estilo de vida

A partir de ahí, es probable que tu médico realice varias pruebas para poder determinar si tienes la enfermedad de Alzheimer.

Alzheimer de aparición temprana

El Alzheimer suele afectar a personas de 65 años o más. No obstante, puede manifestarse a partir de los 40 o 50 años. Cuando es así, se le llama Alzheimer de aparición temprana o de inicio temprano, y afecta aproximadamente al 5 por ciento de todas las personas con la afección.

El Alzheimer es una enfermedad difícil a cualquier edad, pero cuando aparece de manera temprana, puede traer desafíos específicos.

Los síntomas del Alzheimer de aparición temprana pueden incluir una leve pérdida de memoria y problemas para concentrarse o terminar las tareas diarias. Puede ser difícil encontrar las palabras adecuadas y es posible perder la noción del tiempo. También pueden ocurrir problemas leves de la vista, como dificultad para distinguir distancias.

Algunas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar esta forma de Alzheimer, por lo que si tienes antecedentes familiares, es recomendable consultar a un médico.

Un diagnóstico temprano del Alzheimer tiene múltiples beneficios tanto para el paciente como para sus cuidadores y el sistema de salud. Aquí algunos de los más importantes:

1. Acceso Temprano a Tratamientos

  • Permite iniciar terapias farmacológicas y no farmacológicas que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad.
  • Nuevos medicamentos como los anticuerpos monoclonales (ej. Lecanemab, Donanemab) son más efectivos en etapas iniciales.

2. Mejor Planificación y Toma de Decisiones

  • El paciente puede participar en decisiones sobre su cuidado futuro, asuntos financieros y legales.
  • Se facilita la planificación de cuidados a largo plazo, incluyendo asistencia médica y apoyo familiar.

3. Mayor Calidad de Vida

  • Cambios en el estilo de vida (dieta, ejercicio, estimulación cognitiva) pueden mejorar el bienestar del paciente.
  • Disminuye la ansiedad e incertidumbre al comprender qué está ocurriendo.

4. Apoyo para Cuidadores y Familiares

  • Permite preparar un entorno adecuado y buscar redes de apoyo.
  • Reduce el impacto emocional y económico al anticiparse a las necesidades del paciente.

5. Oportunidad de Participar en Ensayos Clínicos

  • Acceso a estudios de nuevas terapias que podrían beneficiar al paciente.

También se han estado desarrollando tecnologías emergentes para el diagnóstico del Alzheimer como:

1. Biomarcadores en Líquido Cefalorraquídeo (LCR)

  • Se analizan proteínas como beta amiloide (Aβ42 y Aβ40), tau total y tau fosforilada (p-tau), que indican acumulación anormal en el cerebro.
  • Su uso permite una detección más temprana y precisa que los métodos clínicos tradicionales.
  • En combinación con neuroimágenes (PET), mejoran la certeza del diagnóstico.

2. Pruebas Digitales de Detección Cognitiva

  • Aplicaciones móviles, plataformas web e inteligencia artificial evalúan funciones cognitivas.
  • Ejemplos incluyen pruebas de memoria, atención y velocidad de procesamiento.
  • Permiten monitoreo remoto y continuo, facilitando la identificación de deterioro cognitivo en fases iniciales.

Pruebas de detección de Alzheimer

No existe una prueba definitiva para detectar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, es probable que tu médico realice varias pruebas para brindar un diagnóstico, las cuales pueden ser mentales, físicas, neurológicas y estudios de imagen.

Tu médico puede comenzar con una prueba del estado mental. Esta le ayudará a evaluar tu memoria a corto plazo, tu memoria a largo plazo y tu orientación respecto a un lugar y tiempo.

Por ejemplo, puede preguntarte:

  • Qué día es
  • Quién es el presidente
  • Recordar y repetir una breve lista de palabras

A continuación, es probable que te realicen un examen físico. Por ejemplo, pueden controlar tu presión arterial, evaluar tu frecuencia cardíaca y tomar tu temperatura. En algunos casos, pueden recolectar muestras de orina o sangre para analizarlas en un laboratorio.

Tu médico también puede realizar un examen neurológico para descartar otros posibles diagnósticos, como por ejemplo un problema médico agudo, ya sea una infección o un evento vascular cerebral. Durante este examen, revisarán tus reflejos, tu tono muscular y tu habla.

Tu médico también puede ordenar estudios de imágenes cerebrales, los cuales permiten crear imágenes de tu cerebro e incluyen:

  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). Las resonancias magnéticas pueden ayudar a detectar marcadores clave, como inflamación, sangrado y problemas estructurales.
  • Tomografía computarizada (TC). Las tomografías computarizadas toman imágenes de rayos X que pueden ayudar a tu médico a buscar características anormales en tu cerebro.
  • Tomografía por emisión de positrones (PET). Las imágenes de tomografía por emisión de positrones pueden ayudar a tu médico a detectar la acumulación de placa amiloide. Recordemos que esta placa es una sustancia proteica relacionada con los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

Otras pruebas que puede realizar tu médico incluyen análisis de sangre para buscar genes que puedan indicar un mayor riesgo de Alzheimer.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Tratamientos

Brindar cuidados puede ser un trabajo a tiempo completo que no siempre es fácil, pero puede resultar muy gratificante.

Apoyo a cuidadores

Si tienes un ser querido con Alzheimer, podrías considerar la posibilidad de convertirte en persona cuidadora. Este es un trabajo de tiempo completo que normalmente no es fácil, pero puede ser muy gratificante.

Ser persona cuidadora requiere muchas habilidades. Estas incluyen, quizás sobre todo, la paciencia, así como la creatividad, la resistencia y la capacidad de ver la alegría en el papel de ayudar a alguien que te importa, para que viva lo más cómodamente posible.

Como persona cuidadora, es importante que te cuides a ti mismo y a tu ser querido. Con las responsabilidades del puesto puede venir un mayor riesgo de estrés, mala nutrición y falta de ejercicio.

Por ello, si decides asumir este papel, es posible que debas solicitar la ayuda de cuidadores profesionales, así como de otros miembros de la familia.

Otros tratamientos para el Alzheimer

Además de los medicamentos, realizar cambios en el estilo de vida puede ayudar a controlar el Alzheimer. Por ejemplo, tu médico podría elaborar estrategias para ayudarte a ti o a tu ser querido. Algunas pueden incluir:

  • Centrarse en las tareas
  • Limitar la confusión
  • Evitar la confrontación
  • Descansar lo suficiente todos los días
  • Mantener la calma

Entre los enfoques no farmacológicos para tratar a personas con Alzheimer, se pueden destacar:

  • Terapias de estimulación cognitiva, enfocadas en preservar habilidades como el lenguaje y la atención, así como en reforzar la orientación en la realidad y el uso de la memoria a través de la reminiscencia.
  • Estrategias para mantener la funcionalidad, que incluyen el entrenamiento en actividades cotidianas y ejercicios psicomotrices para mejorar la coordinación y la movilidad.
  • Intervenciones para reducir problemas de conducta, como la musicoterapia, la estimulación sensorial y la terapia asistida con animales, las cuales pueden contribuir al bienestar emocional y social del paciente.

Aunque no existen medicamentos que curen la enfermedad de Alzheimer, hay tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a manejar los síntomas, como los inhibidores de la colinesterasa. Además, recientemente se han comenzado a aprobar en algunos países tratamientos modificadores de la enfermedad, como los anticuerpos monoclonales, que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad.

Además de los cambios en el estilo de vida, existen varias opciones alternativas sobre las que puedes preguntarle a tu médico, como por ejemplo la estimulación cognitiva, la musicoterapia y estimulación sensorial, por mencionar algunas.

Existen ejercicios tanto mentales como físicos que pueden ayudar a estimular el cerebro.

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Importancia del sueño y la hidratación

La falta de hidratación y la falta de sueño pueden agravar los síntomas del Alzheimer y acelerar el deterioro cognitivo.

1. Efectos de la Deshidratación en el Alzheimer
Las personas con Alzheimer tienen un mayor riesgo de deshidratación, ya que pueden olvidar beber agua o no reconocer la sensación de sed. Esto puede causar:

  • Confusión y desorientación: La falta de líquidos puede empeorar los síntomas cognitivos, causando más olvidos y dificultad para comunicarse.
  • Fatiga y debilidad: Puede afectar la movilidad y aumentar el riesgo de caídas.
  • Infecciones urinarias y problemas renales: La deshidratación favorece las infecciones y el daño renal.
  • Estreñimiento: Puede generar malestar e irritabilidad.
  • Aumento de la agitación y cambios de humor: Puede provocar ansiedad, irritabilidad y mayor confusión.

Es importante ofrecer agua constantemente, usar vasos de colores llamativos o frutas ricas en agua para mantener una buena hidratación.

2. Efectos de la Falta de Sueño en el Alzheimer
El sueño es fundamental para la memoria y la reparación cerebral. La privación del sueño puede:

  • Acelerar la acumulación de placas beta-amiloide: Estas proteínas están relacionadas con el Alzheimer y se eliminan durante el sueño profundo.
  • Empeorar la memoria y la atención: Afecta la capacidad de recordar eventos recientes y resolver problemas.
  • Aumentar la confusión y los episodios de desorientación: Especialmente al despertar.
  • Alterar el estado de ánimo: Puede causar ansiedad, depresión y mayor agresividad.
  • Provocar somnolencia diurna: Lo que dificulta la participación en actividades.

Mantener una rutina de sueño regular, reducir luces y ruidos antes de dormir y evitar estimulantes como cafeína en la tarde.

En resumen, tanto la deshidratación como la falta de sueño pueden agravar los síntomas del Alzheimer, por lo que es crucial garantizar una hidratación adecuada y una buena higiene del sueño para mejorar la calidad de vida del paciente.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Preguntas
frecuentes

1. ¿Cuáles son los primeros síntomas de la demencia?

Los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer al igual que otros tipos de demencia pueden variar; sin embargo, comparten amplias similitudes. Estas incluyen la pérdida de memoria como el signo más común y la pérdida de habilidades prácticas, lo que puede llevar a una persona a alejarse del trabajo o de las actividades sociales.

La demencia afecta a cada persona de manera diferente. No hay dos personas cuyos síntomas se desarrollen de la misma forma. La personalidad, la salud general y la situación social son factores únicos que determinan el impacto que la demencia tendrá en la vida diaria de cada persona.

2. ¿Cuáles son las principales causas genéticas del Alzheimer?

Las principales causas genéticas del Alzheimer incluyen mutaciones en genes específicos y la influencia de ciertos alelos que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Dentro de los genes más relevantes se encuentran:

  • APOE (Apolipoproteína E):
    • La variante APOE ε4 es el principal factor de riesgo genético para el Alzheimer de inicio tardío.
    • Las personas con una copia de APOE ε4 tienen mayor riesgo, y aquellas con dos copias tienen un riesgo aún más elevado.
  • APP (Proteína Precursora de Amiloide):
    • Mutaciones en este gen pueden provocar una acumulación excesiva de beta-amiloide, favoreciendo la formación de placas en el cerebro.
    • Está asociado principalmente con el Alzheimer de inicio temprano.
  • PSEN1 (Presenilina 1) y PSEN2 (Presenilina 2):

    • Estas mutaciones afectan la producción de beta-amiloide, contribuyendo a su acumulación en el cerebro.
    • Se asocian con formas hereditarias y agresivas de la enfermedad.

3. ¿Existe una cura?

En este momento, no hay cura para la enfermedad de Alzheimer ni para la demencia.

Los investigadores aún están desarrollando medicamentos que puedan ralentizar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, no saben cómo prevenir los diferentes tipos de demencia ni cómo revertir sus efectos. Con más investigación sobre las causas de la demencia, se espera que con el tiempo se desarrollen tratamientos más efectivos.

Una de las mejores formas de reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer o demencia es adoptando hábitos saludables, tanto mental como físicamente. Un mantra importante a recordar es: lo que es bueno para tu corazón, es bueno para tu cerebro.

4. ¿Existen tratamientos farmacológicos para la enfermedad de Alzheimer?

Aunque no existen medicamentos que curen la enfermedad de Alzheimer, hay tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a manejar los síntomas, como los inhibidores de la colinesterasa. Además, recientemente se han comenzado a aprobar en algunos países tratamientos modificadores de la enfermedad, como los anticuerpos monoclonales, que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad./p>

5. ¿Qué puedo hacer? ¿Dónde puedo encontrar ayuda? ¿Existe una asociación de Alzheimer en mi país?

Es importante saber que no estás solo. Muchas personas y organizaciones, tanto profesionales como voluntarias, pueden ayudarte.

Una de las mejores formas de encontrar ayuda para ti o un ser querido es contactar a la asociación de Alzheimer local. Estas asociaciones pueden ponerte en contacto con recursos adaptados a tu lugar de residencia. Si eres un cuidador, también pueden ayudarte a conectar con otros cuidadores que entenderán tus preocupaciones y podrán ayudarte.

Muchas asociaciones ofrecen líneas telefónicas de ayuda, así como sucursales y capítulos en todo el país. Estos grupos locales conocerán los servicios disponibles en tu área.

Si no hay una asociación en tu país, puedes intentar contactar a una en un país vecino.

6. ¿Se puede prevenir la enfermedad de Alzheimer?

Lamentablemente, no se sabe lo suficiente sobre las causas de la enfermedad de Alzheimer como para recomendar algo que la prevenga.

Aunque sabemos que el Alzheimer es más común a medida que envejecemos, no se conoce qué desencadena los cambios característicos que ocurren en el tejido cerebral de alguien con Alzheimer.

Nuestros genes pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la mayoría de los casos de Alzheimer, y en casos raros, genes anormales pueden ser la causa directa. Sin embargo, más comúnmente, los genes solo contribuyen a la susceptibilidad de una persona. En algunos casos, factores ambientales pueden ser necesarios para desencadenar la enfermedad.

Aunque no existen medidas preventivas específicas, recomendamos un estilo de vida saludable: llevar una dieta equilibrada, mantenerse activo física, mental y socialmente, no fumar y no consumir alcohol en exceso. Cada vez hay más evidencia que sugiere que un estilo de vida saludable ayuda a reducir el riesgo individual.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Temas de
interés


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Expertos indican que hasta ahora no se ha podido determinar cuál es la causa o causas del Alzheimer, pero han logrado identificar ciertos factores de riesgo, que incluyen los siguientes:

  • Edad. La mayoría de las personas que son diagnosticadas con Alzheimer tienen 65 años o más.
  • Historial familiar. Si tienes un familiar directo que ha sido diagnosticado con Alzheimer, es más probable que la padezcas.
  • Genética. Se han descubierto ciertos genes que poseen un vínculo con la enfermedad de Alzheimer.

Cabe destacar que tener uno o más de estos factores de riesgo no significa que desarrollarás la enfermedad, simplemente aumenta tu nivel de riesgo.

Factores de Riesgo más comunes

1. Nivel Educativo

El nivel de educación se mide comúnmente por los años de escolarización y el tipo de formación recibida. La estimulación cognitiva durante la infancia y la adolescencia tiene un impacto más significativo en la prevención de la demencia.

2. Hipertensión

El control de la presión arterial (PA) es crucial para prevenir la demencia, especialmente en la edad adulta. Se enfatiza el control de la presión sistólica por encima de 140 mmHg.

3. Pérdida auditiva 

La pérdida de audición no tratada, a partir de 25 dB en la edad adulta, se ha asociado con un mayor riesgo de demencia.

4. Tabaquismo

Dejar de fumar, a cualquier edad, reduce el riesgo de desarrollar demencia.

5. Obesidad 

La obesidad en la edad adulta se ha asociado con un mayor riesgo de demencia, mientras que la pérdida de peso actúa como un factor protector en comparación con quienes mantienen la obesidad.

6. Depresión

La relación entre depresión y demencia es compleja, hasta el punto de que a veces es difícil diferenciar entre ambas. Los episodios depresivos no tratados parecen estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar demencia.

7. Inactividad física

Definir la actividad física ideal es complejo, ya que debe adaptarse a las preferencias y limitaciones de cada persona según su edad, generación, cultura.
Busca actividades adecuadas a tu tiempo, espacio y capacidad.

8. Diabetes 

Existen resultados contradictorios sobre si un mejor control glucémico o un fármaco específico reduce el riesgo de demencia. Sin embargo, está claro que la diabetes es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo.

9. Aislamiento social

Un número reducido de contactos sociales o el aislamiento (especialmente si es percibido subjetivamente) son factores de riesgo para la demencia, más allá de que puedan ser síntomas tempranos de deterioro cognitivo.

10. Consumo excesivo de alcohol

El consumo excesivo y prolongado de alcohol está relacionado no solo con demencias de inicio precoz, sino con cualquier tipo de demencia.

11. Traumatismo craneoencefálico

Medidas como el uso de cascos han demostrado ser efectivas en la prevención de secuelas a nivel individual.

12. Contaminación atmosférica

La exposición a altas concentraciones de dióxido de nitrógeno y partículas procedentes del tráfico se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia.

13. Colesterol LDL Alto

Se ha encontrado una relación entre niveles elevados de colesterol LDL («colesterol malo») y un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer. Aunque no se ha establecido una causa directa, los estudios sugieren que el colesterol LDL puede contribuir a la acumulación de placas beta-amiloides en el cerebro, una de las características principales de la enfermedad de Alzheimer.

14. Pérdida de visión

Existe una relación entre la pérdida de visión y el Alzheimer, aunque la conexión exacta aún se está investigando. La evidencia sugiere que los problemas visuales pueden ser tanto un signo temprano de la enfermedad como un factor de riesgo para su progresión.

Recomendaciones de Alzheimer´s Disease International (ADI)

En ausencia de una cura o un tratamiento que sean accesibles a nivel global, la reducción del riesgo sigue siendo la forma más viable y proactiva de combatir la demencia.

La reducción del riesgo es una labor de por vida y resulta más eficaz cuando la concienciación y los conocimientos sobre la salud cerebral comienzan a una edad temprana, creando así unos buenos hábitos.

Al igual que rara vez existe una respuesta sencilla para un problema complejo, no hay una poción mágica para la demencia. Pero sí hay medidas tangibles, grandes y pequeñas, que cada persona puede tomar para reducir el riesgo, y cualquier medida es mejor que ninguna:

  • Siga una dieta lo más sana posible, diversificando los grupos alimentarios que se consumen y evitando los alimentos ultraprocesados. Hay muchas formas de comer bien; las mejores dietas son aquellas personalizadas que incorporan alimentos de origen local, sean asequibles en el lugar de residencia y se ajusten a las necesidades individuales de cada persona.
  • Ejercicio físico, aplique la creatividad: caminar, andar en bicicleta, taichí, baile… todo cuenta.
  • Siga aprendiendo: ponga a prueba su cerebro, tanto si es aprendiendo un nuevo idioma como haciendo crucigramas, cantando…
  • Preste atención a su salud cardiovascular y a las demás enfermedades crónicas.
  • Mantenga las conexiones, los seres humanos somos animales sociales; socializar revitaliza la salud cerebral y reduce la depresión y el aislamiento.
  • Preste atención al mantenimiento de su estado físico general, cuide de su salud dental, evite lesiones en la cabeza, asegúrese de dormir lo suficiente, no fume ni consuma demasiado alcohol.
  • Una medida que ha demostrado ser revolucionaria es el uso de audífonos para la pérdida auditiva, esto no solo ha demostrado desacelerar el deterioro cognitivo, sino que también es algo económico y ampliable. ADI anima a los gobiernos y los sistemas sanitarios a mejorar el acceso a estos dispositivos, especialmente en los países de rentas medias y bajas.

Las personas con demencia pueden adoptar cambios de estilo de vida saludable dirigidos a ralentizar el avance de la enfermedad. Se necesitan más estudios y se debería hacer más para garantizar que las personas que hayan sido diagnosticadas de demencia tengan acceso a la educación y la ayuda que necesitarán para modificar sus conductas y continuar llevando una vida plena y con sentido.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Todos tenemos episodios de olvido de vez en cuando. Pero las personas con Alzheimer muestran ciertos comportamientos y síntomas continuos que empeoran con el tiempo.

Estos pueden incluir:

  • Pérdida de memoria que afecta las actividades diarias, como la capacidad para asistir a una cita.
  • Problemas con las tareas del hogar, como usar un microondas.
  • Dificultades para resolver situaciones cotidianas, como recordar la ruta al supermercado.
  • Inicio de problemas con el habla y la escritura.
  • Desorientarse en cuanto tiempos o lugares.
  • Menor capacidad para pensar con claridad.
  • Descuido de la higiene personal.
  • Cambios de humor y estado de ánimo.
  • Alejarse de amigos, familiares y su comunidad.

Dichos síntomas cambian según la etapa de la enfermedad.

Es fundamental reconocer los síntomas tempranos para buscar atención médica y planificar cuidados adecuados.

Estas son las diferentes etapas del Alzheimer

Etapa 1

Sin deterioro (Normal)

No hay síntomas de demencia.

La persona se desempeña con normalidad en sus actividades diarias.

No hay pérdida de memoria aparente.

Etapa 2

Deterioro muy leve (Olvidos relacionados con la edad)

Pequeños olvidos como perder objetos o dificultades para recordar nombres.

No afecta la vida diaria ni es evidente para los demás.

Puede confundirse con el envejecimiento normal.

Etapa 3

Deterioro cognitivo leve (DCL)

Olvidos más frecuentes (nombres, citas, información reciente).

Dificultades para encontrar palabras al hablar.

Menor rendimiento en tareas laborales o sociales.

Etapa 4

Deterioro cognitivo moderado (Alzheimer leve)

Problemas para realizar tareas complejas (manejar dinero, cocinar).

Dificultad para recordar eventos recientes y detalles personales.

Puede perderse en lugares conocidos.

Cambios de personalidad (irritabilidad, retraimiento).

Etapa 5

Deterioro moderadamente severo (Alzheimer moderado)

Pérdida de memoria más notoria (olvida direcciones, fechas, nombres cercanos).

No puede vestirse sin ayuda (elige ropa inadecuada).

Dificultad para recordar información básica como dirección o número telefónico.

Etapa 6

Deterioro severo (Alzheimer avanzado)

Pérdida del reconocimiento de familiares y amigos.

Problemas graves en el lenguaje (dificultad para hablar).

Incontinencia urinaria y fecal.

Cambios de personalidad y comportamiento (agitación, paranoia, agresividad).

Puede presentar alucinaciones o delirio.

Necesita asistencia total para vestirse, bañarse y alimentarse.

Etapa 7

Deterioro muy severo (Alzheimer terminal)

Pérdida total de la capacidad de hablar y responder.

Movimientos limitados, dificultad para caminar y sentarse.

Problemas graves para tragar y respirar.

Alta vulnerabilidad a infecciones, como neumonía.

Dependencia absoluta de los cuidadores.

A medida que una persona avanza por estas etapas, necesitará mayor apoyo, ya sea de un familiar o de un cuidador.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Hay diferentes maneras de detectar la demencia causada por el Alzheimer. Por lo general, un especialista en salud realiza una evaluación para identificar la enfermedad. Este profesional analiza los síntomas y, si es necesario, solicita algunas pruebas adicionales.

Es probable que comience realizando un historial médico. Puede hacerte preguntas sobre lo siguiente:

  • Síntomas
  • Historial médico familiar
  • Otras condiciones de salud actuales o pasadas
  • Medicamentos actuales o pasados
  • Dieta, consumo de alcohol u otros hábitos de estilo de vida

A partir de ahí, es probable que tu médico realice varias pruebas para poder determinar si tienes la enfermedad de Alzheimer.

Alzheimer de aparición temprana

El Alzheimer suele afectar a personas de 65 años o más. No obstante, puede manifestarse a partir de los 40 o 50 años. Cuando es así, se le llama Alzheimer de aparición temprana o de inicio temprano, y afecta aproximadamente al 5 por ciento de todas las personas con la afección.

El Alzheimer es una enfermedad difícil a cualquier edad, pero cuando aparece de manera temprana, puede traer desafíos específicos.

Los síntomas del Alzheimer de aparición temprana pueden incluir una leve pérdida de memoria y problemas para concentrarse o terminar las tareas diarias. Puede ser difícil encontrar las palabras adecuadas y es posible perder la noción del tiempo. También pueden ocurrir problemas leves de la vista, como dificultad para distinguir distancias.

Algunas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar esta forma de Alzheimer, por lo que si tienes antecedentes familiares, es recomendable consultar a un médico.

Un diagnóstico temprano del Alzheimer tiene múltiples beneficios tanto para el paciente como para sus cuidadores y el sistema de salud. Aquí algunos de los más importantes:

1. Acceso Temprano a Tratamientos

  • Permite iniciar terapias farmacológicas y no farmacológicas que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad.
  • Nuevos medicamentos como los anticuerpos monoclonales (ej. Lecanemab, Donanemab) son más efectivos en etapas iniciales.

2. Mejor Planificación y Toma de Decisiones

  • El paciente puede participar en decisiones sobre su cuidado futuro, asuntos financieros y legales.
  • Se facilita la planificación de cuidados a largo plazo, incluyendo asistencia médica y apoyo familiar.

3. Mayor Calidad de Vida

  • Cambios en el estilo de vida (dieta, ejercicio, estimulación cognitiva) pueden mejorar el bienestar del paciente.
  • Disminuye la ansiedad e incertidumbre al comprender qué está ocurriendo.

4. Apoyo para Cuidadores y Familiares

  • Permite preparar un entorno adecuado y buscar redes de apoyo.
  • Reduce el impacto emocional y económico al anticiparse a las necesidades del paciente.

5. Oportunidad de Participar en Ensayos Clínicos

  • Acceso a estudios de nuevas terapias que podrían beneficiar al paciente.

También se han estado desarrollando tecnologías emergentes para el diagnóstico del Alzheimer como:

1. Biomarcadores en Líquido Cefalorraquídeo (LCR)

  • Se analizan proteínas como beta amiloide (Aβ42 y Aβ40), tau total y tau fosforilada (p-tau), que indican acumulación anormal en el cerebro.
  • Su uso permite una detección más temprana y precisa que los métodos clínicos tradicionales.
  • En combinación con neuroimágenes (PET), mejoran la certeza del diagnóstico.

2. Pruebas Digitales de Detección Cognitiva

  • Aplicaciones móviles, plataformas web e inteligencia artificial evalúan funciones cognitivas.
  • Ejemplos incluyen pruebas de memoria, atención y velocidad de procesamiento.
  • Permiten monitoreo remoto y continuo, facilitando la identificación de deterioro cognitivo en fases iniciales.

Pruebas de detección de Alzheimer

No existe una prueba definitiva para detectar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, es probable que tu médico realice varias pruebas para brindar un diagnóstico, las cuales pueden ser mentales, físicas, neurológicas y estudios de imagen.

Tu médico puede comenzar con una prueba del estado mental. Esta le ayudará a evaluar tu memoria a corto plazo, tu memoria a largo plazo y tu orientación respecto a un lugar y tiempo.

Por ejemplo, puede preguntarte:

  • Qué día es
  • Quién es el presidente
  • Recordar y repetir una breve lista de palabras

A continuación, es probable que te realicen un examen físico. Por ejemplo, pueden controlar tu presión arterial, evaluar tu frecuencia cardíaca y tomar tu temperatura. En algunos casos, pueden recolectar muestras de orina o sangre para analizarlas en un laboratorio.

Tu médico también puede realizar un examen neurológico para descartar otros posibles diagnósticos, como por ejemplo un problema médico agudo, ya sea una infección o un evento vascular cerebral. Durante este examen, revisarán tus reflejos, tu tono muscular y tu habla.

Tu médico también puede ordenar estudios de imágenes cerebrales, los cuales permiten crear imágenes de tu cerebro e incluyen:

  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). Las resonancias magnéticas pueden ayudar a detectar marcadores clave, como inflamación, sangrado y problemas estructurales.
  • Tomografía computarizada (TC). Las tomografías computarizadas toman imágenes de rayos X que pueden ayudar a tu médico a buscar características anormales en tu cerebro.
  • Tomografía por emisión de positrones (PET). Las imágenes de tomografía por emisión de positrones pueden ayudar a tu médico a detectar la acumulación de placa amiloide. Recordemos que esta placa es una sustancia proteica relacionada con los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

Otras pruebas que puede realizar tu médico incluyen análisis de sangre para buscar genes que puedan indicar un mayor riesgo de Alzheimer.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

Brindar cuidados puede ser un trabajo a tiempo completo que no siempre es fácil, pero puede resultar muy gratificante.

Apoyo a cuidadores

Si tienes un ser querido con Alzheimer, podrías considerar la posibilidad de convertirte en persona cuidadora. Este es un trabajo de tiempo completo que normalmente no es fácil, pero puede ser muy gratificante.

Ser persona cuidadora requiere muchas habilidades. Estas incluyen, quizás sobre todo, la paciencia, así como la creatividad, la resistencia y la capacidad de ver la alegría en el papel de ayudar a alguien que te importa, para que viva lo más cómodamente posible.

Como persona cuidadora, es importante que te cuides a ti mismo y a tu ser querido. Con las responsabilidades del puesto puede venir un mayor riesgo de estrés, mala nutrición y falta de ejercicio.

Por ello, si decides asumir este papel, es posible que debas solicitar la ayuda de cuidadores profesionales, así como de otros miembros de la familia.

Otros tratamientos para el Alzheimer

Además de los medicamentos, realizar cambios en el estilo de vida puede ayudar a controlar el Alzheimer. Por ejemplo, tu médico podría elaborar estrategias para ayudarte a ti o a tu ser querido. Algunas pueden incluir:

  • Centrarse en las tareas
  • Limitar la confusión
  • Evitar la confrontación
  • Descansar lo suficiente todos los días
  • Mantener la calma

Entre los enfoques no farmacológicos para tratar a personas con Alzheimer, se pueden destacar:

  • Terapias de estimulación cognitiva, enfocadas en preservar habilidades como el lenguaje y la atención, así como en reforzar la orientación en la realidad y el uso de la memoria a través de la reminiscencia.
  • Estrategias para mantener la funcionalidad, que incluyen el entrenamiento en actividades cotidianas y ejercicios psicomotrices para mejorar la coordinación y la movilidad.
  • Intervenciones para reducir problemas de conducta, como la musicoterapia, la estimulación sensorial y la terapia asistida con animales, las cuales pueden contribuir al bienestar emocional y social del paciente.

Aunque no existen medicamentos que curen la enfermedad de Alzheimer, hay tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a manejar los síntomas, como los inhibidores de la colinesterasa. Además, recientemente se han comenzado a aprobar en algunos países tratamientos modificadores de la enfermedad, como los anticuerpos monoclonales, que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad.

Además de los cambios en el estilo de vida, existen varias opciones alternativas sobre las que puedes preguntarle a tu médico, como por ejemplo la estimulación cognitiva, la musicoterapia y estimulación sensorial, por mencionar algunas.

Existen ejercicios tanto mentales como físicos que pueden ayudar a estimular el cerebro.

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Importancia del sueño y la hidratación

La falta de hidratación y la falta de sueño pueden agravar los síntomas del Alzheimer y acelerar el deterioro cognitivo.

1. Efectos de la Deshidratación en el Alzheimer
Las personas con Alzheimer tienen un mayor riesgo de deshidratación, ya que pueden olvidar beber agua o no reconocer la sensación de sed. Esto puede causar:

  • Confusión y desorientación: La falta de líquidos puede empeorar los síntomas cognitivos, causando más olvidos y dificultad para comunicarse.
  • Fatiga y debilidad: Puede afectar la movilidad y aumentar el riesgo de caídas.
  • Infecciones urinarias y problemas renales: La deshidratación favorece las infecciones y el daño renal.
  • Estreñimiento: Puede generar malestar e irritabilidad.
  • Aumento de la agitación y cambios de humor: Puede provocar ansiedad, irritabilidad y mayor confusión.

Es importante ofrecer agua constantemente, usar vasos de colores llamativos o frutas ricas en agua para mantener una buena hidratación.

2. Efectos de la Falta de Sueño en el Alzheimer
El sueño es fundamental para la memoria y la reparación cerebral. La privación del sueño puede:

  • Acelerar la acumulación de placas beta-amiloide: Estas proteínas están relacionadas con el Alzheimer y se eliminan durante el sueño profundo.
  • Empeorar la memoria y la atención: Afecta la capacidad de recordar eventos recientes y resolver problemas.
  • Aumentar la confusión y los episodios de desorientación: Especialmente al despertar.
  • Alterar el estado de ánimo: Puede causar ansiedad, depresión y mayor agresividad.
  • Provocar somnolencia diurna: Lo que dificulta la participación en actividades.

Mantener una rutina de sueño regular, reducir luces y ruidos antes de dormir y evitar estimulantes como cafeína en la tarde.

En resumen, tanto la deshidratación como la falta de sueño pueden agravar los síntomas del Alzheimer, por lo que es crucial garantizar una hidratación adecuada y una buena higiene del sueño para mejorar la calidad de vida del paciente.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

1. ¿Cuáles son los primeros síntomas de la demencia?

Los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer al igual que otros tipos de demencia pueden variar; sin embargo, comparten amplias similitudes. Estas incluyen la pérdida de memoria como el signo más común y la pérdida de habilidades prácticas, lo que puede llevar a una persona a alejarse del trabajo o de las actividades sociales.

La demencia afecta a cada persona de manera diferente. No hay dos personas cuyos síntomas se desarrollen de la misma forma. La personalidad, la salud general y la situación social son factores únicos que determinan el impacto que la demencia tendrá en la vida diaria de cada persona.

2. ¿Cuáles son las principales causas genéticas del Alzheimer?

Las principales causas genéticas del Alzheimer incluyen mutaciones en genes específicos y la influencia de ciertos alelos que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Dentro de los genes más relevantes se encuentran:

  • APOE (Apolipoproteína E):
    • La variante APOE ε4 es el principal factor de riesgo genético para el Alzheimer de inicio tardío.
    • Las personas con una copia de APOE ε4 tienen mayor riesgo, y aquellas con dos copias tienen un riesgo aún más elevado.
  • APP (Proteína Precursora de Amiloide):
    • Mutaciones en este gen pueden provocar una acumulación excesiva de beta-amiloide, favoreciendo la formación de placas en el cerebro.
    • Está asociado principalmente con el Alzheimer de inicio temprano.
  • PSEN1 (Presenilina 1) y PSEN2 (Presenilina 2):

    • Estas mutaciones afectan la producción de beta-amiloide, contribuyendo a su acumulación en el cerebro.
    • Se asocian con formas hereditarias y agresivas de la enfermedad.

3. ¿Existe una cura?

En este momento, no hay cura para la enfermedad de Alzheimer ni para la demencia.

Los investigadores aún están desarrollando medicamentos que puedan ralentizar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, no saben cómo prevenir los diferentes tipos de demencia ni cómo revertir sus efectos. Con más investigación sobre las causas de la demencia, se espera que con el tiempo se desarrollen tratamientos más efectivos.

Una de las mejores formas de reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer o demencia es adoptando hábitos saludables, tanto mental como físicamente. Un mantra importante a recordar es: lo que es bueno para tu corazón, es bueno para tu cerebro.

4. ¿Existen tratamientos farmacológicos para la enfermedad de Alzheimer?

Aunque no existen medicamentos que curen la enfermedad de Alzheimer, hay tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a manejar los síntomas, como los inhibidores de la colinesterasa. Además, recientemente se han comenzado a aprobar en algunos países tratamientos modificadores de la enfermedad, como los anticuerpos monoclonales, que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad./p>

5. ¿Qué puedo hacer? ¿Dónde puedo encontrar ayuda? ¿Existe una asociación de Alzheimer en mi país?

Es importante saber que no estás solo. Muchas personas y organizaciones, tanto profesionales como voluntarias, pueden ayudarte.

Una de las mejores formas de encontrar ayuda para ti o un ser querido es contactar a la asociación de Alzheimer local. Estas asociaciones pueden ponerte en contacto con recursos adaptados a tu lugar de residencia. Si eres un cuidador, también pueden ayudarte a conectar con otros cuidadores que entenderán tus preocupaciones y podrán ayudarte.

Muchas asociaciones ofrecen líneas telefónicas de ayuda, así como sucursales y capítulos en todo el país. Estos grupos locales conocerán los servicios disponibles en tu área.

Si no hay una asociación en tu país, puedes intentar contactar a una en un país vecino.

6. ¿Se puede prevenir la enfermedad de Alzheimer?

Lamentablemente, no se sabe lo suficiente sobre las causas de la enfermedad de Alzheimer como para recomendar algo que la prevenga.

Aunque sabemos que el Alzheimer es más común a medida que envejecemos, no se conoce qué desencadena los cambios característicos que ocurren en el tejido cerebral de alguien con Alzheimer.

Nuestros genes pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la mayoría de los casos de Alzheimer, y en casos raros, genes anormales pueden ser la causa directa. Sin embargo, más comúnmente, los genes solo contribuyen a la susceptibilidad de una persona. En algunos casos, factores ambientales pueden ser necesarios para desencadenar la enfermedad.

Aunque no existen medidas preventivas específicas, recomendamos un estilo de vida saludable: llevar una dieta equilibrada, mantenerse activo física, mental y socialmente, no fumar y no consumir alcohol en exceso. Cada vez hay más evidencia que sugiere que un estilo de vida saludable ayuda a reducir el riesgo individual.


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023


Fuentes: Alzheimer Disease International, Informe Mundial de Alzheimer.
Federación Mexicana de Alzheimer
Informe Mundial sobre el Alzheimer 2023

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