¿Sabías que para prevenir un ataque cerebral o embolia (considerada la cuarta causa de muerte en nuestro país) es fundamental conocer la frecuencia cardiaca y atender síntomas como ritmo irregular o acelerado del corazón sin razón aparente?
Si no, ahora estás enterado(a). Por ello y en el marco del Día Mundial del Ataque Cerebral, que se conmemora hoy 29 de octubre, la Asociación Nacional de Cardiólogos de México fomenta entre la población la toma correcta del pulso, a fin de detectar si existe riesgo de un evento de este tipo.
Tomar el pulso refleja la frecuencia cardiaca, definida como las veces que late el corazón por unidad de tiempo.
Alejandra Meaney, integrante de la Asociación, detalló que los factores de riesgo más comunes para presentar un accidente cerebrovascular (ACV) incluyen: tener presión arterial elevada, padecer diabetes mellitus, colesterol alto, obesidad o tabaquismo.
Comentó que otro factor, que además es poco conocido, implica a la fibrilación auricular (FA), considerada una arritmia responsable del 20 por ciento de los ataques o infartos cerebrales a nivel mundial.
Según la especialista, dicha condición aparece cuando los latidos del corazón se vuelven irregulares y, en ocasiones, se aceleran sin motivo aparente.
También mencionó que un ritmo cardiaco irregular propicia la formación de coágulos sanguíneos, que pueden viajar al cerebro a través del torrente sanguíneo, causando la obstrucción de una arteria cerebral y, con ello, un ACV.
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Un ataque cerebral o embolia (como se le dice coloquialmente al ACV) puede ser mortal, o dejar secuelas graves en el movimiento y/o lenguaje de las personas que lo sufren, subrayó la experta.
A fin de evitar mayores consecuencias ante un evento de esta índole, Meaney recordó los pasos necesarios para tomar adecuadamente el pulso. Para ello, la persona debe estar en estado de reposo, sentada o acostada, durante al menos 15 minutos.
Dijo que los dedos índice y medio de una mano deben hallar la pulsación en la muñeca del brazo contrario y, con la ayuda de un cronómetro o reloj, deben contarse los latidos por 30 segundos.
Posteriormente, indicó, debe multiplicarse tal número por dos para establecer cuántas veces late el corazón por minuto.
“Si el resultado obtenido se encuentra entre 60 a 100 latidos por minuto significa que el pulso está dentro de los límites normales”, refirió.
No obstante, advirtió que si las pulsaciones son irregulares y el número es superior a los 100 latidos por minuto, hay una probabilidad de que exista fibrilación auricular.
Afirmó que si la persona o el médico notan un riesgo de fibrilación auricular, es posible prevenir la embolia administrando anticoagulantes orales de última generación, ya que ayudan a reducir la formación de coágulos sanguíneos (mediante una dosis fija diaria) sin que afecte la toma de otros medicamentos o alimentos.
Vía: Notimex