Los malos hábitos alimentarios exponen mucho más que el apetito descontrolado de las personas; algunas veces, evidencian problemas emocionales, como conflictos en las relaciones, el estrés laboral, la fatiga, las presiones financieras, entre otros.
Existe un problema de alimentación muy presente en la sociedad moderna, pero poco afrontado, se trata del Trastorno de Apetito Desenfrenado.
Este trastorno acontece cuando una persona ingiere, de manera regular, cantidades de comida inusualmente grandes. Durante estos episodios de apetito desenfrenado, la persona experimenta una sensación de pérdida de control, por lo que no es capaz de dejar de comer.
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Si bien la causa se desconoce, existen ciertos agentes que pueden llevar a este problema, como factores familiares, es decir, si alguien cercano tiene un trastorno alimentario; cambios en los químicos del cerebro; depresión u otras emociones y dieta malsana.
Síntomas
- Comer grandes cantidades de alimentos en un corto período.
- Incapacidad de controlar la ingesta excesiva de alimentos, por ejemplo, no poder parar de comer o controlar la cantidad de comida.
- Ingerir los alimentos de forma rápida.
- Seguir comiendo, incluso cuando se está lleno, o hasta sentirse incómodo.
- Comer sin hambre.
- Comer solo —secretamente—.
- Culpabilidad, disgusto, vergüenza o tristeza después de comer demasiado.
Este trastorno puede ocurrir espontáneamente o con otro desorden alimentario, como la bulimia. Las personas con bulimia comen de manera desenfrenada, y generalmente se obligan a vomitar o realizan ejercicio vigoroso.
Consecuencias
Al consumir alimentos poco saludables, ricos en azúcar y grasa, es posible que se presenten problemas de salud, como colesterol alto, diabetes tipo 2 o enfermedad de la vesícula biliar.
Asimismo, puede sufrirse cardiopatía, presión arterial alta, dolor en las articulaciones y problemas menstruales.
Vía: Medline Plus/ Mayo Clinic