Obesidad y nutrición, Salud Mental
Quizás no lo sabías pero en México, una de cada diez personas que padece algún trastorno de la conducta alimentaria es hombre.
De acuerdo con Cecilia Silva, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, a pesar de que la bulimia y la anorexia son menos frecuentes en los varones que en las mujeres, la población masculina cada vez se siente más insatisfecha con su cuerpo.
Dijo que a diferencia de ellas, en lugar de dejar de comer o vomitar, tienden a hacer ejercicio; el problema inicia cuando lo empiezan a hacer compulsivamente para “mejorar” su figura. Lo anterior los lleva a cambiar sus patrones de nutrición al ingerir proteínas, suplementos, hormonas (principalmente esteroides) y algunos medicamentos como laxantes y/o diuréticos, alterando así sus condiciones metabólicas y nutricias.
Al manifestar un trastorno alimenticio comienzan con síntomas similares a los de las mujeres: incomodidad con su figura, hacer dietas y rutinas físicas rigurosas, esto con el fin desarrollar musculatura (en lugar de delgadez como las mujeres). Esto quizás sea consecuencia del cambio generado socialmente en la percepción de la masculinidad en años recientes, que tiene que ver con los cánones de belleza y las expectativas respecto al rol de género que deben desempeñar; así como de la presión social que hay sobre este sector, que se ha vuelto casi tan intensa como la ejercida en las mujeres.
La experta afirmó que el grupo de mayor riesgo son los adolecentes entre 14 y 18 años, pero en la última década la situación ha empeorado, ya que cada vez son más comunes los casos de niños y niñas que desde los ocho o nueve años presentan síntomas de alguno de estos trastornos alimenticios.
Enfatizó que, dado que dichos trastornos son un problema complejo y multifactorial, y que poseen una alta comorbilidad con síntomatología ansiosa y depresiva, debe brindárseles cuidados psiquiátricos y tratamiento tanto psicológico como nutricional. Quienes los padecen tienen deficiencias específicas y bien localizadas a nivel cognitivo, por lo que los especialistas se valen de intervenciones neuropsicológicas a fin de elevar la probabilidad de éxito.
Silva concluyó que, además, debe enseñárseles a sentirse satisfechos y seguros de sus habilidades, pero es fundamental crear programas preventivos para que la gente reconozca el límite entre una conducta normal del cuidado del cuerpo y la apariencia y otra patológica, hecho que permitiría diagnosticar oportunamente la condición y aumentaría la probabilidad de éxito de los tratamientos, pues se reducirían los efectos secundarios físicos y emocionales.
Si observas que tu hijo o hija manifiestan alguno de los signos característicos de trastorno de conducta alimentaria, debes acudir a la brevedad al especialista para iniciar una intervención pertinente, para prevenir un cuadro que agrave el ya establecido.
No olvides que la orientación desde casa es vital para generar seguridad y armonía en tu hijo o hija en cuanto a quién es y cómo luce. Siempre platica con ellos, escúchalos para saber cómo se sienten. Cuida sus hábitos a nivel general, promoviendo siempre una buena alimentación y el ejercicio regular de acuerdo a su edad, a fin de no forzar su organismo. Evita que hagan rutinas excesivas (como levantar peso) sin asesoría de un profesional, y que ingieran suplementos o aditivos sin dicha asesoría, que debe ser regida por un médico del deporte y un especialista en nutrición.
Vía: DGCS UNAM