Las vacunas contra la gripe contienen pequeñas cantidades de virus de la gripe inactivos o muertos. También contienen otros ingredientes, como estabilizadores, conservantes y sustancias que estimulan la respuesta inmune.
Tales ingredientes son seguros y necesarios para mantener las vacunas contra la gripe estables y eficaces.
Los virus que ocasionan la gripe, conocidos como virus de la influenza, cambian constantemente. Para garantizar que la vacuna contra la gripe siga siendo eficaz, los investigadores y fabricantes trabajan juntos para actualizar el biológico cada año.
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Los expertos recomiendan que todas las personas mayores de 6 meses, con algunas excepciones, se vacunen contra la gripe todos los años.
También confirman que vacunarse es la mejor manera de evitar contraer la gripe y contagiarla a otras personas.
Las diferentes vacunas contra la gripe cuentan con ingredientes ligeramente distintos. Por ejemplo, la vacuna puede ser:
- Una inyección: en este caso suele contener pequeñas cantidades de virus de la gripe desactivados y, por lo tanto, no dañinos.
- Un spray nasal: En este caso contiene virus vivos que han sido debilitados, por lo que no son nocivos. Las vacunas en aerosol nasal están aprobadas para personas de 2 a 49 años únicamente.
Tras la pandemia de COVID-19, reducir la propagación de enfermedades respiratorias, incluida la gripe, resulta más importante que nunca.
Fuente: Medical News Today