1. Los padres quieren hacer todo lo posible para asegurarse de que sus hijos estén sanos y protegidos de enfermedades prevenibles. La vacunación es la mejor forma de hacer esto.
  2. La vacunación protege a los niños de enfermedades graves y complicaciones de enfermedades prevenibles por vacunación, que pueden incluir amputación de un brazo o pierna, parálisis de miembros, pérdida de audición, convulsiones, daño cerebral y muerte.
  3. Las enfermedades prevenibles por vacunas, como el sarampión, las paperas y la tos ferina, siguen siendo una amenaza. Éstas continúan infectando a los niños, resultando en hospitalizaciones y muertes cada año.
  4. Aunque la vacunación ha llevado a una disminución dramática en el número de casos de varias enfermedades infecciosas, algunas de ellas son muy comunes en otros países y son traídas al nuestro por los viajeros internacionales. Si los niños no son vacunados, podrían adquirir fácilmente una de estas enfermedades del viajero.
  5. Los brotes de enfermedades prevenibles ocurren cuando muchos padres deciden no vacunar a sus hijos.
  6. La vacunación es segura y eficaz. Todas las vacunas se someten a una revisión larga y cuidadosa en la que participan científicos, médicos y el gobierno para cerciorarse de que son seguras.
  7. Organizaciones estadounidenses como la Academia Americana de Pediatría, la Academia Americana de Médicos de Familia y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, apoyan fuertemente la protección de los niños con las vacunas recomendadas.
  8. La vacunación protege a otras personas de tu interés, incluyendo familiares, amigos y abuelos.
  9. Si los niños no están vacunados, pueden contagiar a otros que son demasiado jóvenes para ser vacunados o a personas con sistemas inmunológicos debilitados, como receptores de trasplantes y personas con cáncer. Esto podría resultar en complicaciones a largo plazo e incluso en la muerte para dicha población vulnerable.
  10. Todos tenemos un compromiso de salud pública con nuestras comunidades para protegernos mutuamente y proteger a nuestros hijos.

“Es como cuando empezamos a rescatar un barco que tiene una fuga lenta; el barco estaba lleno de agua (lleno de enfermedades). Hemos estado sacando el agua (vacunando) rápido y duro, y ahora el barco está casi seco. Si dejamos de sacar (vacunar) el agua, seguirá entrando al barco, ya que todavía hay una fuga (las enfermedades infecciosas siguen presentes)”.

Fuente

  1. Inmunization action coalition
  2. Gobierno de Canadá