Muchos medicamentos de terapia antirretroviral están aprobados para tratar el VIH. Trabajan para evitar que el VIH se reproduzca y destruya las células CD4, que ayudan al sistema inmunitario a generar una respuesta a la infección.
Esto ayuda a reducir el riesgo de desarrollar complicaciones relacionadas con el VIH, así como de transmitir el virus a otras personas.
Estos medicamentos antirretrovirales se agrupan en seis clases:
- Inhibidores nucleósidos de la transcriptasa inversa (INTI)
- Inhibidores no nucleósidos de la transcriptasa inversa (NNRTI)
- Inhibidores de la proteasa
- Inhibidores de fusión
- Antagonistas de CCR5, también conocidos como inhibidores de entrada
- Inhibidores de transferencia de la cadena de integrasa
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Planes de tratamiento
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) generalmente recomienda un plan de tratamiento inicial de tres medicamentos contra el VIH que abarquen, al menos, dos de estas clases de medicinas.
Dicha combinación ayuda a prevenir que el VIH desarrolle resistencia a los medicamentos. (La resistencia significa que el medicamento ya no funciona para tratar el virus).
Muchos de los medicamentos antirretrovirales se combinan con otros, de modo que una persona con VIH generalmente toma solo una o dos pastillas al día.
Un proveedor de atención médica ayudará a la persona con VIH a elegir un régimen basado en su salud general y en sus circunstancias personales.
Estas medicinas deben tomarse todos los días, exactamente según lo recetado. Si no se toman adecuadamente, el paciente puede desarrollar resistencia viral y quizás requiera un nuevo plan de tratamiento.
Los análisis de sangre ayudarán a determinar si el plan está funcionando para mantener baja la carga viral y aumentar el recuento de CD4. Si un régimen de terapia antirretroviral no funciona, el proveedor de atención médica de la persona lo cambiará a un régimen diferente que sea más efectivo.
Fuente: Healthline