Si bien las zanahorias son una buena fuente de betacaroteno, pigmento que ayuda al organismo a producir vitamina A, es necesaria una enzima activa que ayude a producir este micronutriente, capaz de reducir el colesterol en el cuerpo, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Illinois, Estados Unidos.
Cuando una persona tiene menos activa esta enzima, su cuerpo es más lento en la producción de vitamina A a partir de una fuente vegetal. Ante ello, podrían necesitar obtener este nutriente de una fuente animal, como la leche o el queso, por ejemplo.
Entender cómo se relaciona esta enzima con el colesterol tiene importantes implicaciones. Típicamente, los altos niveles de betacaroteno en la sangre están asociados con beneficios para la salud. Pero también, podrían ser un signo de una enzima menos activa que no está convirtiendo el betacaroteno en vitamina A.
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El betacaroteno es el compuesto bioactivo que le da a las zanahorias su color naranja. Diversos estudios muestran que la conversión del betacaroteno en vitamina A reduce el colesterol malo en la sangre (LDL). Por tanto, puede proteger contra el desarrollo de la aterosclerosis, que conduce a la acumulación de grasas y colesterol en nuestras arterias.
«Vimos que el colesterol era más alto en personas que no producen mucha vitamina A. Lo reducimos al hígado como órgano encargado de producir y secretar lipoproteínas al torrente sanguíneo, incluyendo las lipoproteínas conocidas como colesterol malo. Observamos que en los ratones con altos niveles de vitamina A, la secreción de lípidos en el torrente sanguíneo se ralentiza», concluyó el líder del estudio, Jaume Amengual.
Vía: 20 minutos.es