Como te hemos dicho antes, el consumo excesivo de sodio, como la sal, aumenta los riesgos de sufrir problemas de salud; entre muchos otros, una presión arterial alta, por ejemplo.
En México, el consumo de sal es mucho mayor que el recomendado. Sin embargo, modificar la cantidad que se utiliza, es una acertada manera de prevenir los daños que se vinculan con ella.
En primera instancia, es necesario que sepas, según tu edad y condiciones físicas particulares, cuál es la cantidad de sodio permitida en tu dieta. El médico es la persona adecuada para establecer esta medida.
Acostúmbrate a revisar todas las etiquetas de los productos que compras para saber cuánto sodio contienen. Trata de elegir los que tienen un 5 por ciento o menos del valor diario recomendado; si un alimento tiene 20 por ciento o más, se considera que es alto en sodio.
Asimismo, puedes seleccionar artículos que no tengan sal añadida, que sean bajos o reducidos en sodio. Si tienes una lata con mucha sal, puedes enjuagar su contenido antes de comerlo para quitarle un poco.
Si compras frutas enlatadas, busca que vengan en jugo al 100 por ciento o en agua.
Limita los alimentos procesados, especialmente salados, ahumados o curados, como las salchichas, el tocino o los embutidos.
Compara siempre los alimentos como el pan, las sopas y las comidas congeladas y elige los que tengan una menor cantidad de sodio.
Come muchas verduras, frutas, frijoles y chícharos, los cuales contienen poco sodio. Puedes comprarlos frescos, congelados o secos.
Reduce la cantidad de sal que agregas a la comida cuando cocinas, usa mantequilla sin sal y sazona los alimentos con nuevas especias, como el jengibre o el ajo.
El potasio te ayudará a bajar tu presión arterial, por lo que es recomendable que lo añadas a tu dieta. Puedes encontrarlo en las papas, los melones, los plátanos y lo frijoles, por ejemplo.
Recuerda que no tienes que hacer todos los cambios a la vez. Ve poco a poco, el gusto que tienes por la sal se modificará con el tiempo.
Vía: Healthfinder, Instituto Nacional de Salud Pública